¿Cómo organizar el tiempo y el espacio para el estudio?

organizar tu tiempo

¿Sabías que un estudio publicado en el Journal of Environmental Psychology demostró que el desorden en el entorno puede disminuir la sensación de bienestar, felicidad y seguridad que una persona obtiene de sus espacios personales?  Así que, si quieres sentirte mejor, ser más eficiente, concretar tus estudios o aprender algo nuevo, estás en el lugar indicado.

Aprender es maravilloso, estudiar no tiene que ser una misión imposible. Con un poco de planificación y algunos consejos prácticos, puedes transformar el estudio en una actividad organizada y llevadera. ¿El objetivo? Aprender mejor y más rápido, sin necesidad de dejar tu salud mental en el proceso.

Imagina que te piden llevar una taza de café llena hasta el borde desde la cocina hasta el comedor. Aceptas la tarea, pero el camino está repleto de polquitas, tu teléfono empieza a vibrar, el televisor se enciende con una alerta en las noticias, y, como si fuera poco, tu gato decide pasearse entre tus pies. Lo que parecía sencillo se convierte en un desafío monumental. Eso mismo pasa cuando tu espacio de estudio no está organizado.

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Tu espacio de estudio debería ser tu santuario. Tiene que estar limpio, ordenado y libre de distracciones. Según una publicación del Princeton Alumni Weekly, un entorno desordenado compite por tu atención y afecta tu capacidad de concentración. Por eso, dedicar unos minutos a ordenar antes de empezar puede marcar una gran diferencia.

  1. Encuentra el lugar ideal: Olvídate de estudiar en la cama, todos lo intentamos y sabemos que termina en una maravillosa y culposa siesta; es mejor buscar un escritorio cómodo, bien iluminado y alejado del ruido.
  2. Optimiza la iluminación: Una lámpara de escritorio es tu mejor amiga. La luz adecuada no solo protege tus ojos, sino que también mejora tu rendimiento.
  3. Mantén todo en orden: Usa organizadores para tus materiales de estudio. Un escritorio despejado favorece una mente despejada. 
  4. Agrega detalles personales: Un pequeño cactus, una foto motivadora o una frase inspiradora pueden hacer que tu espacio sea más agradable, sin convertirlo en un caos decorativo. En este caso menos es más.

Extra tip: Una buena silla ergonómica puede salvarte de esos dolores de espalda que aparecen después de horas de estudio. Salva a tus cervicales.

No importa si tienes poco tiempo; si lo organizas bien, puedes hacerlo rendir. Las técnicas adecuadas pueden ayudarte a concentrarte mejor y evitar la procrastinación.

  1. La técnica Pomodoro: Esta metodología, reconocida por el Journal of Cognitive Psychology, divide tu tiempo en intervalos de 25 minutos de trabajo intenso seguidos de 5 minutos de descanso. Después de cuatro bloques, toma un descanso más largo de 15 a 30 minutos. Es ideal para mantener la concentración y evitar el agotamiento, pero ojo con hacer 5 minutos de estudio por 25 de descanso.
  1. Prioriza tareas: Empieza por lo más difícil o urgente. Aplica el principio de Pareto: el 80% de los resultados provienen del 20% de los esfuerzos. Este principio dice que el 80% de los resultados provienen del 20% de los esfuerzos, y aplicarlo al estudio puede hacer toda la diferencia. No todas las tareas tienen el mismo peso: identifica cuáles son las actividades clave que te van a dar el mayor impacto. Por ejemplo, en lugar de intentar leer un capítulo entero de corrido, enfocarte en un esquema con los conceptos principales puede ahorrarte tiempo y darte claridad. 
  2. Elimina distracciones: Silenciar el celular, cerrar pestañas innecesarias y evitar esas tentaciones de las redes sociales. Ya sabemos que es lo más difícil, pero estamos contigo. 

¡Claro que sí! Crear una rutina no solo ayuda a organizarte, sino que también reduce el estrés y mejora tu productividad. Según Psychology Today, las rutinas entrenan tu cerebro para que se enfoque más rápido y mejor.

  • Define horarios fijos: Si estudias siempre a la misma hora, tu cerebro asociará ese momento con la tarea y será más fácil concentrarte.
  • No te olvides de los descansos: Alterna entre trabajo y pausas. Recuerda que el cerebro necesita procesar lo que aprendiste, así que no te sientas culpable por tomarte unos minutos para relajarte.
  • Sé flexible: Aunque la rutina es clave, no pasa nada si un día tienes que hacer ajustes. Lo importante es mantener la consistencia a largo plazo.

Organizar tu tiempo y espacio para el estudio no solo te ayuda a ser más eficiente, sino que también te permite disfrutar del proceso. Así que, con estos consejos y un poco de disciplina, ¡vas a estar listo para enfrentar cualquier desafío académico! Y quién sabe, hasta te sobre tiempo para ver videos de gatitos.

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