El control de gestión no es solo mirar números: es entenderlos, analizarlos y actuar. Tres conceptos son la columna vertebral de este trabajo: los KPI, el presupuesto y las desviaciones. Si los dominas, puedes convertirte en una pieza clave dentro de cualquier organización. En esta nota te contamos qué son, cómo se relacionan y por qué son tan importantes en el contexto actual de 2025.
¿Por qué son clave estos tres conceptos?
Estos tres pilares permiten a las empresas alinear estrategia y operación. Mientras los KPI muestran si avanzamos en la dirección correcta, el presupuesto establece las metas y los límites, y las desviaciones nos alertan cuando algo no va según lo planeado.
1. KPI: Indicadores clave de desempeño
Qué son y para qué sirven
Los KPI son métricas que reflejan el desempeño de una empresa en áreas clave. Por ejemplo, margen operativo, nivel de rotación de inventario o satisfacción del cliente. Según el estudio Mercer Chile 2025, las empresas que implementan sistemas de medición robustos mejoran su rentabilidad en un 20% promedio.
Ejemplos de KPI financieros y operacionales
Aquí te mostramos una tabla más completa con ejemplos adicionales y explicaciones para que comprendas mejor qué mide cada tipo de KPI y por qué es relevante:
| Tipo de KPI | Ejemplo | ¿Por qué es importante? |
|---|---|---|
| Financiero | Margen neto, retorno sobre inversión (ROI), EBITDA, liquidez corriente | Permiten evaluar la salud financiera general de la empresa y la rentabilidad de sus inversiones. |
| Operacional | Tiempo de ciclo de producción, eficiencia, tasa de defectos, utilización de capacidad | Ayudan a identificar cuellos de botella, mejorar procesos y optimizar el uso de recursos. |
| Cliente | Índice de satisfacción, tasa de retención, Net Promoter Score (NPS), tiempo de respuesta al cliente | Miden la calidad de la experiencia del cliente y ayudan a fortalecer la relación a largo plazo. |
2. Presupuesto: la base del control
Presupuestación anual y por área
El presupuesto no es solo un número: es una herramienta estratégica. Permite definir cuánto se puede gastar, dónde asignar recursos y qué objetivos se buscan alcanzar. Además, funciona como una guía para prever gastos inesperados, gestionar liquidez, planificar inversiones y construir escenarios futuros. Un presupuesto bien elaborado también permite comparar resultados por área, generar accountability dentro de los equipos y ajustar dinámicas operativas en tiempo real.
Rol del presupuesto en la planificación estratégica
Es el punto de partida para alinear esfuerzos, priorizar proyectos y coordinar áreas. Si está bien hecho, permite anticipar problemas y gestionar mejor los recursos.
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3. Análisis de desviaciones
Comparación entre lo proyectado y lo real
Analizar desviaciones significa comparar lo planificado con lo efectivamente logrado. Por ejemplo, si un área gastó un 15% más de lo presupuestado, el control de gestión identifica las causas: ¿malas proyecciones, imprevistos o problemas operativos?
Causas típicas de desviaciones
- Fluctuaciones de mercado
- Cambios en costos operativos
- Errores en la ejecución o planeación
Toma de decisiones correctivas
Detectar desviaciones a tiempo permite tomar medidas correctivas, desde ajustar presupuestos hasta renegociar contratos o modificar estrategias.
Cómo se relacionan entre sí
Ciclo de planificación, medición y corrección
Estos tres pilares forman un ciclo: primero se presupone, luego se mide (KPI) y finalmente se corrige cuando aparecen desviaciones. Juntos, permiten que la empresa no solo funcione, sino que crezca y se adapte.
Ejemplo práctico simplificado
Supongamos que una empresa proyectó vender $100 millones en un trimestre. El KPI muestra que solo alcanzó $80 millones. El análisis de desviación detecta que fue por problemas logísticos. La acción correctiva será invertir en un nuevo proveedor para el próximo trimestre.
¿Dónde aprender a manejar estos pilares?
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