La inteligencia artificial (IA) es un campo amplio y diverso que abarca varias áreas y enfoques. Si bien no existe un número fijo de tipos, podemos mencionar algunos de los enfoques y tipos comunes de inteligencia artificial que existen. La tecnología y las investigaciones están en constante evolución. Probablemente estos enfoques se modifiquen, evolucionen y hasta se relacionen cada vez más.
Enfoques y ejemplos
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IA basada en reglas: este tipo de inteligencia artificial utiliza reglas predefinidas para tomar decisiones. Las reglas son programadas manualmente por un equipo experto en la materia. El ejemplo más claro son los sistemas expertos en medicina que diagnostican enfermedades basadas en síntomas predefinidos.
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Machine Learning: esta inteligencia, que trabaja sobre el aprendizaje de los sistemas en base a modelos, se subdivide en varios tipos:
– Supervisado: El algoritmo se entrena con ejemplos para predecir etiquetas de datos no etiquetados. Por ejemplo, la clasificación de correos electrónicos como «spam» o «no spam» en función del contenido y las etiquetas previas.
– No supervisado: los algoritmos encuentran patrones y relaciones en datos sin etiquetas. Esto puede aplicarse en casos de agrupamiento de clientes en segmentos según sus patrones de compra.
– Por refuerzo: en este caso, los algoritmos aprenden a través de la interacción con un entorno, recibiendo recompensas o castigos según sus acciones. Por ejemplo, los entrenamientos de una inteligencia para jugar juegos como Go o ajedrez, que va mejorando a medida que juega contra sí mismo o contra otros jugadores.
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Redes neuronales artificiales: están inspiradas en la estructura y funcionamiento del cerebro humano, y procesan información a través de capas interconectadas de neuronas artificiales. Por ejemplo, el reconocimiento de objetos en imágenes utilizando redes neuronales para detectar características y patrones visuales.
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Procesamiento del lenguaje natural (NLP): se enfoca en la interacción entre las computadoras y el lenguaje humano, permitiendo la comprensión y generación de texto y lenguaje hablado. Un ejemplo claro son los Chatbots que pueden mantener conversaciones naturales con los usuarios, entender preguntas y proporcionar respuestas coherentes.
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Visión por computadora: trabaja en la interpretación de imágenes y videos, permitiendo a las máquinas «ver» y extraer información visual. Aquí entran los vehículos autónomos que utilizan cámaras y sensores para identificar peatones, señales de tráfico y otros vehículos en tiempo real.
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IA simbólica: utiliza representaciones simbólicas y lógica para modelar el razonamiento humano y resolver problemas complejos. Un ejemplo claro son los sistemas que razonan lógicamente para diagnosticar problemas en equipos electrónicos siguiendo un conjunto de reglas de reparación.
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IA evolutiva: esta inteligencia utiliza algoritmos genéticos y evolutivos para mejorar automáticamente los programas a través de generaciones sucesivas. Se puede pensar la aplicación de este tipo de IA en la optimización de diseños de alas de avión utilizando algoritmos genéticos para encontrar las formas más eficientes.
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IA híbrida: combina diferentes enfoques de inteligencia artificial para abordar problemas complejos que podrían requerir múltiples técnicas. Puede verse en el diagnóstico médico que combina el conocimiento experto (reglas) con datos de pruebas clínicas (aprendizaje automático) para hacer evaluaciones de pacientes más precisas.
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IA general (AGI): también conocida como inteligencia artificial fuerte, se refiere a una IA que posee la capacidad de comprender, aprender y aplicar conocimientos en una amplia gama de tareas, muy parecida a la inteligencia humana. Todavía no existe un ejemplo completamente funcional de IA general, ya que esta es una meta que sigue en desarrollo y sería comparable a la inteligencia humana en su capacidad para abordar una amplia variedad de tareas.
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IA estrecha (ANI): también conocida como inteligencia artificial débil, se especializa en tareas específicas y limitadas, sin la capacidad de generalizar ampliamente. Por ejemplo, el reconocimiento de voz en aplicaciones de asistentes virtuales como Siri, que comprende comandos de voz específicos pero no tiene una comprensión general del lenguaje.
Como decíamos, estos son solo algunos ejemplos de los tipos de inteligencia artificial que existen. La IA es un campo en constante evolución, y nuevos enfoques y categorías pueden surgir con el tiempo a medida que se desarrollan nuevas investigaciones y tecnologías. Tampoco hay que perder de vista que algunos de estos ejemplos pueden solaparse en la práctica y podrían combinar varios enfoques de inteligencia artificial para lograr resultados más efectivos.
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