La de Álvaro Ballero es una de las tantas historias de superación personal que forman parte de la Comunidad de IPP. Es que la vida, a diferencia de los cuentos, no tiene un orden lineal.
¿Es posible compatibilizar los proyectos familiares con los personales? Si bien no existen respuestas únicas, desde su experiencia tiene algo para contarnos.
Una cuestión de orden
“Todas las cosas las he hecho un poco al revés de lo que lo que la sociedad te pide”, comentó Álvaro, para luego profundizar: “primero que tengas un título, un postítulo, después tu auto, la casa, una segunda casa, casarte y de ahí pensar en tener hijos”.
Sin que exista una ley escrita que lo ordene, pareciera que ese camino está trazado para todos. Algo así como una fórmula para ser feliz.
Pero para el especialista en marketing, lo importante siempre transcurrió por otras aguas: “No tengo el auto del año, no tengo mi casa… pero una de mis grandes realizaciones como ser humano es llegar a mi casa y ver a mis hijas felices, empoderadas y tener una familia que me llena”.
Dicho así, parece claro que las fórmulas son más bien útiles para las matemáticas.
El éxito, las decisiones y las oportunidades
Antes de comenzar a estudiar en IPP, Álvaro tenía un considerable desarrollo en el mundo laboral: “Estuve, sin buscarlo, cinco años trabajando en medios de comunicación, tras cámara, con éxito en el tema digital… y todo esto sin título”.
Consultado sobre las razones por las cuáles no había podido estudiar, nos indicó que no se trataba de oportunidades, sino más bien de decisiones.
En ese sentido, indicó que “en su minuto no es que no haya tenido la oportunidad. Es que cuando tú decides hacer familia, tienes que mantener esa familia, y mi mujer es también un bastión en ello… para mantenernos teníamos que trabajar, y era muy difícil estudiar”.
Y es en ese contexto que la posibilidad de obtener un título oficial, estudiando 100% en línea, irrumpió en su horizonte.
“Estuve cuatro años buscando una carrera que me permitiera compensar mi proyecto personal con el familiar”, y eso fue lo que lo decidió a estudiar en IPP.
Elegir su futuro estudiando una carrera, y ser un ejemplo para su familia, son los motivos de mayor orgullo para él: “Mi orgullo es que mis hijas digan ‘mi papá estudió y logró su desafío sin importar la edad’”.
Tú puedes ser como Álvaro
La tecnología y el mundo laboral actual tiene espacio para todos. Si estás buscando tu oportunidad para incorporarte, IPP es tu mejor opción.
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En sólo 2 años, puedes ser como Álvaro, y obtendrás un título oficial con una formación altamente demandada.
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